Hace algunas semanas llegó a nuestras manos un libro precioso titulado "
África y los colores", con todo lo trabajado durante este año, cualquier tema relacionado con los colores nos interesa de una manera especial, por eso cuando la
seño lo contó la escuchamos con mucha atención: Trata de una elefanta llamada
África que vive en la sabana.
África se encuentra ú
ltimamente algo triste, de un color verde-grisáceo, para animarla sus amigos deciden construirle un globo en el que poder conocer el mundo. Le regalan para su viaje cinco botes de cristal para que meta lo que más le guste.
África va conociendo el mundo y sus colores: el azul del mar, el amarillo del desierto, el rojo de los campos de amapolas, el blanco de la nieve y el negro del cielo al anochecer. Al llegar a casa, con la sonrisa recuperada,
África le regala a sus amigos los botes llenos con estos colores y juntos deciden poner un toque de color a la sabana...
Con la lectura del libro se inició
un debate muy simpático de la amistad, los colores y la utilización de éstos para hablar de las personas: "quedarse en blanco", "ponerse morado", "que te pongan verde...". Algún día hablaremos de esto. Pero salió otro tema en el que estamos trabajando y del que seguramente nos
habréis oído hablar: Montar en globo.
Uno de los compañeros dijo al terminar el cuento:
-
Seño, pero volar en globo es fantasía, ¿verdad?
Unos
decían que sí y otros que no. Estuvimos indagando en
internet, como hacemos mucho ú
ltimamente, preguntando en casa, y comprobamos que sí se podía, incluso la madre de Pedro nos trajo unas fotos de un viaje en globo que ella realizó. En las fotos nos explicaba el proceso completo,
preguntadnos en casa
veréis como nos acordamos.
Decidimos entonces recrear parte de la historia de la protagonista del cuento y mandar a un
elefantito de juguete a hacer un viaje en globo, un globo construido por nosotros.
Quisimos hacer la cesta de madera, así que cogimos
palitos y tomamos medidas...
Intentamos pegar los
palitos con cola. Pero no conseguimos darle forma.
Después de varios intentos, nos dimos por vencidos. Menos mal que la madre de Luis nos trajo un libro de
manualidades en el que venía cómo hacer una cesta de cartulina, y decidimos probar. No es fácil seguir las instrucciones de un libro...
Como veis tenemos mucho trabajo por delante y pocos días de clase. Debéis estar atentos a todo lo que ocurra a ver si podemos hacer nuestro globo realidad...